Cada estación del año impacta en tu piel de forma diferente. El Tratamiento Climático Facial está diseñado para proteger, regenerar y equilibrar la piel según las necesidades específicas de cada época. A través de activos específicos, cromoterapia y reflexología con maderoterapia, fortalecemos sus defensas naturales, equilibramos su hidratación y prevenimos el envejecimiento prematuro.
Tras el verano, la piel presenta un estrato córneo grueso pero debilitado, con menor capacidad de retención de agua. Este tratamiento restaura su barrera protectora y recupera la hidratación perdida.
La piel se desprotege debido a la disminución de la secreción sebácea y sudorípara. Además, los cambios bruscos de temperatura aumentan su sensibilidad y afectan la circulación. Este protocolo reconstruye la membrana lipídica y refuerza sus defensas.
El viento debilita la piel. Con este tratamiento, se estimula la renovación celular y preparamos su estructura para el verano, asegurando una regeneración óptima.
La radiación solar, la oxidación y la deshidratación aceleran el envejecimiento. Este tratamiento hidrata en profundidad y refuerza la protección natural de la piel.
Este tratamiento facial se complementa con reflexología podal, abordando no solo la piel, sino también el equilibrio interno del cuerpo. A través de la maderoterapia en los pies, se estimulan los órganos y vísceras más afectados en cada estación, favoreciendo su funcionamiento y potenciando la armonización energética.
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